El PERFECIONISMO IMPUESTO y la AUTOEXIGENCIA es un arma de doble filo.
A todo el mundo, o a casi todo, le gusta que se hagan las cosas bien hechas. Dedicas tiempo para realizar un trabajo, pones toda tu ATENCIÓN y cuidas el DETALLE. Aparentemente puede parecer que está perfectamente terminado. De pronto unas palabras resuenan dentro de ti, es algo que sabias que podía pasar. En tu MENTE palpita una frase: NO ESTÁ PERFECTO.

El perfeccionismo y la autoexigencia no son ni buenos ni malos, simplemente son CONDUCTAS, consecuencia de EXPERIENCIAS PASADAS. El inconveniente, es cuando ese perfeccionismo te lleva a tener una ACTITUD NEGATIVA contigo mism@ o con los demás.

Puede que no estés preparado para trabajar bajo esa PRESIÓN AUTOIMPUESTA. Con el tiempo, esto terminará provocándote un BLOQUEO y una PÉRDIDA DE ENERGÍA que, más pronto o más tarde, se reflejará también en tu cuerpo físico, convirtiéndose en algo PERJUDICIAL para ti.

Esta actitud perfeccionista a veces viene autoimpuesta por MIEDO A DEFRAUDAR a los que nos rodean, y en ocasiones, culpamos a los demás porque pensamos que no somos suficientes para ellos, pero eso no es más que una FALTA DE AMOR PROPIO que se esconde sutilmente en la falta de responsabilidad por parte de uno mismo.

Tú no tienes que ser suficiente para nadie más que para ti, y perfeccionarte para tu propio CRECIMIENTO, no para agradar a los demás.

“Hasta que consigas llegar a ser quien quieres ser, seas lo que seas ahora mismo, es lo que eres en este momento y no tienes que demostrar nada a nadie”.

Cuando aprendas a gestionar esa conducta perfeccionista, te servirá para CRECER y EVOLUCIONAR. Verás la perfección en cada cosa que haces, porque aceptarás que es tu realidad en ese momento, pero la perfección es absolutamente relativa y también se puede perfeccionar.

Si las cosas no salen como esperabas no pasa nada. Trabaja la ACEPTACIÓN y entiende que a veces las cosas no son como queremos, pero no has de caer en el VICTIMISMO de pensar que siempre todo sale mal.
Una REFLEXIÓN sobre esto sería que nada es casualidad y que todo sucede por algo. Como siempre, te diré que busques la LECCIÓN.

La tendencia de una AUTOEXIGENCIA INSANA cuando las cosas no van bien, es pensar:” Me pasa algo y no sé qué es”, “Nada me sale bien” “Me esfuerzo y no consigo nada”
El preguntarte: ¿Porque todo me sale mal si soy buena persona?, también es algo habitual, pero esto es tan simple como APRENDER a no esperar nada de los demás, ni siquiera de ti mismo, (ya hablamos de esto en un artículo, si quieres saber más, pincha AQUÍ. , simplemente hacer las cosas lo mejor que puedas y sepas, con la firme y noble INTENCIÓN de querer hacerlo cada vez mejor, a pesar de que las cosas no sean siempre como uno quiere y no caer en la trampa de pensar: “No cumplo las expectativas”. Como decíamos anteriormente, no hay que demostrar nada a nadie.

Existe un PERFECCIONISMO OBSESIVO de querer ser el mejor, y no hay nada de malo en ello siempre y cuando no pretendas pasar por encima de nadie. Pero si este te produce ANSIEDAD, la obsesión del perfeccionismo se vuelve contra ti, incluso puedes llegar a convertirte en esas personas exigentes con los demás, para las que nunca nada ni nadie es suficiente.

No hay que ser duro con uno mismo, sino más PERMISIVO. Nadie nace sabiendo andar, sino que caes muchas veces antes de APRENDER a hacerlo.

Permítete equivocarte y permítete fallar, porque forma parte de todo APRENDIZAJE.
No pierdas esas ganas de perfeccionarte, pero disfruta con ello.
La vida es el mayor reto que realizarás en tu vida.
Saca el mejor provecho de ser una persona perfeccionista que se ACEPTA como es y que quiere mejorar, en vez de EXIGIRTE DEMASIADO.

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